La noción de élite espiritual

 

La élite espiritual puede ser precisada como aquellos seres que por su rango intelectual o espiritual ocupan un sitial destacado en la jerarquía iniciática. Dicho rango obtenido por la identificación con el Conocimiento, no obstante ha de ser considerado como nulo respecto a lo Absoluto, con excepción de la Identificación Suprema. De aquí que sea exclusivamente por el conocimiento efectivo y por ende simbólico lo que eleva a un ser y lo coloca a la cabeza de la élite.

Los estados múltiples del Ser corresponden a posibilidades no manifestables y manifestables. Cada estado es representado simbólicamente como siendo presidido por un profeta, un ángel, por un nombre de Dios o por el Hombre Universal. Pero ha de entenderse que lo que así se designa no son personas simplemente sino principios metafísicos, ontológicos y cosmológicos. Por lo tanto, es por el conocimiento de estos principios junto con la plena identificación por la realización espiritual de éste conocimiento que uno se coloca en el sitial que le corresponde, sea por herencia, por mérito o por obtención, y en donde siempre está involucrado el proceso de iniciación.

Así que cada rango desde la cabeza de la élite, la élite misma y los que siguen detrás, es dado sólo por el conocimiento que se ha realizado y que se ha tornado efectivamente uno con el Ser.

De cierta manera la obtención de conocimiento sólo es posible porque consideramos y damos lugar a la ignorancia: ésta aceptación implícita de la ignorancia y lo que conlleva es la verdadera causa que nos impele a buscar el Conocimiento. Pero la identificación total con lo Absoluto, bien entendida, está más allá del conocimiento o la ignorancia, así como tampoco es la extinción de una existencia o la asociación con la Divinidad.

Finalmente, el simbolismo de la pobreza de espíritu ha sido utilizado para señalar y propiciar la toma de conciencia de la nulidad de cualquier realidad que no es la Realidad. Y es éste conocimiento una de las características de la élite intelectual o espiritual, quienes contrario a lo que podría aparentemente esperarse, están libres de erudición, poderío y falsa realeza.

 

 

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